25.4.11

Miscelánea

Puedo ver algunas preguntas morales razonablemente profundas sobre si la gente deberías estar libre de crear pornografía dura. Yo votaría por sí, pero no supongamos que no está teniendo lugar algún daño. Para algunos, sería una maldición; para otros, una perversa bendición. Pero podrías estar jugando con tu alma. Digamos que los matices morales no dejan de tener un paralelo con hombres que hacen todo lo que pueden por derrotarse el uno al otro en el ring mientras otros hombres y mujeres los alientan. Adviertan que lo expreso de este modo aun cuando el boxeo es mi deporte favorito para mirar.

Se puede decir mucho sobre cada etapa del sexo -antes, durante y después- por el olor. A menudo, uno es consciente de su propia condición espiritual a través del aroma propio. Del mismo modo, cuando uno entra en una casa, percibe la felicidad o la desdicha de su gente por el aroma que uno encuentra. Esta facultad, por lo tanto, puede volverse insoportable a veces. Entras en lo de viejos amigos y te das cuenta que algo está por estallar entre ellos: tal vez todavía no, pero está allí, quizás a uno o dos meses de distancia, un año o dos de distancia. El olor habla de modo inconfundible de las desdichas estancadas que exigirán su precio. O al menos esto será cierto en los años en que aún tenía un agudo sentido del olfato.

Uno puede decir que si Picasso hubiera sido un poco más valiente en ciertos puntos de su vida, podría haber sido un artista más generoso. Parte de la crueldad podría haber desaparecido de su obra. Podía haber aparecido algo magnífico. Tenía un talento enorme; puede sostenerse que era el pintor más grande desde Miguel Ángel. Con generosidad, tal vez habría sido más noble, pero puede apostarse que habría sido menor. Porque el egoísmo del artista está allí para proteger la parte que es generosa. Hasta el punto en que los artistas se entregan a toda la gente, no quieren dar nada en absoluto en otros sentidos. Hay una economía de la generosidad. Y con mucha frecuencia, la gente que es más generosa no es la más talentosa. Creo que la sanción interior que los artistas se dan a ellos mismos es que tienen que se egoístas -¡absolutamente!- o no harían nada.

Muchísimos artistas son narcisistas, con seguridad los escritores. En el caso de Picasso, narcisismo es una palabra demasiado pequeña. Creo que se veía a sí mismo como un intermediario entre la humanidad y las fuerzas que crearon el mundo y lo mantuvieron en agitación. Creo que se veía a sí mismo como un demiurgo. Es decir, un demiurgo con la mitad de sí mismo. La otra mitad era un hombre modesto que hablaba mal en francés y medía un metro sesenta.


Norman Mailer - Un Arte espectral / Extracto