Sótano

Pasa por aquí
debo confesar que no esperaba tu visita
me disculpas el desorden y fíjate bien donde pisas
y no tengas miedo al descender a esta...


La siguiente palabra.
Que como te confesé en esa última carta
es un sendero tortuos tapizado de ausencias
hacia la derecha sigue te lo ruego y llegando al final...


Vuelves a descender.
¿Me crees? eres tu misma, ya no sostengo tu mano
pero imperceptiblemente sí sostengo tu mentón

guío tu mirada por esta huella entrecortada;

ven acá...

Más abajo.
¿Sabes? bien recuerdo como maldecías
estas mismas aristas del seno con sus distancias
el pique abrupto y las cornisas que forman la incomprensible
sincronía que nos hace en este instante...


Seguir descendiendo
hacia la última tentativa de flexión que origina un próximo abismo
pocos pasos antes de que el túnel abandone definitivamente la luz
y colapse la brújula en dirección al centro de tu cuerpo celeste
tu bendita atención y esa nebulosa mirada tuya vaya perdiendo...


hacia abajo


bien adentro


en el fondo


del recóndito lugar de tu cuerpo


donde yace dormida:


Toda la maldita poesía.