23.1.10

Hotel los nogales

-Mira Mauricio, yo no quiero que me vuelvas a preguntar esta weá de nuevo pero de todas maneras te explicaré por qué me enamoré de la Joyce muy a pesar del detallito que tu sabís. Mira pergenio, si tú le pagas a una puta común y corriente pa que te atienda, ella tiene muy claro que está haciendote la pega. ¿me entendís? se está ganando los porotos. En cambio la Joyce, aunque no haya sido mujer siempre y que haga, a cabalidad, lo que hace por plata, al igual que la putita, a ella sí le gustan los hombres, disfruta haciendo su pega por que no separa el trabajo del placer, para élla son la misma cosa. Por que si hablamos de amoríos pa la Joyce, es bien difícil que alguien en la micro se le acerque y se anime a buscarle conversa... así como se viste ella, tan vistosa. Pero dime Mauricio, cuando iba a tener yo una mujer así con lo mal empaquetado que me trajo Dios al mundo ¿ah?-

Ciertamente, cuando salían del hotel juntos, verlos caminar de espaldas era casi tan gracioso como escuchar las historias que contaba la misma Joyce junto con la Herminia que era la regalona del patrón del hotel, Don Alberto. "Mi llaverito" le decía tiernamente a Fabián cuando no rondaba nadie más que yo en la recepción. Hasta el chino Huawei, eterno pasajero, se había puesto contento con el amorío de Fabián y Joyce. Incapacitado por su idioma para preguntar o comentar algo al respecto, se conformaba con mirar y sonreír. El oriental había abandonado completamente la identidad que traía del lejano país tanto que al pasar los meses abandonó el hábito de levantarse a las cinco de la mañana por languidos desayunos pasado el mediodía. Luego cambiaría los pantalones de lino y el calzado italiano por jeans y zapatillas del persa departamental.

1 Comments:

Blogger Ariel said...

Y asi fue como el chino Huawei se occidenatlizo... notable historia

11:02 a.m.  

Publicar un comentario

<< Home