15.1.10

Te me mueres de casta y sencilla / Miguel Hernandez

Tú te me mueres de casta y sencilla:
Estoy convicto, amor, estoy confeso
De que, raptor intrepido de un beso,
yo te libé la flor de la mejilla.

Yo te libé la flor de la mejilla,
y desde aquella gloria, aquel suceso,
tu mejilla, de escrupulo y de peso,
se te cae desojada y amarilla.

El fantasma del beso delincuente
el pómulo te tiene perseguido,
cada vez más patente, negro y grande.

Y sin dormir estás, celosamente,
vigilando mi boca ¡con qué cuido!
para que no se vicie y se desmande.








Humilde campesino de Orihuela en España, murió joven y tuberculoso en prisión debido a sus ideas políticas (1910-1942)