2.7.09

Catalina

-Es perfecta-, meditaba mientras dejaba caer los cigarrillos de manera torpe.
Con una pálida sonrisa traté de contener el rubor. Mirarla a los ojos y verla sonriente era un dañino deleite.
Mientras ella, volvía su cara hacia mí… blanca como una pagina abierta, con la mirada calada de sombríos reflejos, de una franqueza color pardo.
La plaza Yungay, los niños, las columnas de humo. Emanaban las risas a lo lejos, en las bancas que rodean el monumento al roto chileno... todos los rostros felices hacían de el lugar algo sacado de una postal curiosa, especial para turistas despreocupados.

Ella avanzaba hacia a mí ofreciendo tupidas historias, hablamos tendido, caída la tarde; sorprendidos por la luz de los faroles... como si el resto del día no tuviese mas razón que contarse la vida, ningún motivo ajeno, mas que exprimir el corazón.



- Así amigo, justo en el momento mas apretado de esa tarde, envenenado por el dulce vaivén de su risa, sentí ganas de escapar... simplemente me fui

- ¿Por que hiciste eso? ¿por lo que dices pareciera que se entendían bien, que te paso?

- Tuve miedo.

- Miedo de qué? la historia parecía perfecta. Ella, tú, la plaza, la chirimoya, las papas fritas, el café. Hace más de una hora que me vienes con el cuento este. No puedes decirme que tuviste pánico escénico y así nada más... corriste?.

- Era demasiado para mi, simplemente no supe decirle cuanto me gustaba, que hubiese vendido un riñon por estar con ella. Como se dice? ... me corté.

- No lo entiendo. Tu no te quedas atrás, no conozco a nadie menos tímido que tú.

- Fue valor, me entiendes, ese cosquilleo que sientes a los quince años, el estomago no te deja pensar. Tuve ganas de besarla sin aviso, tu sabes... las cosas podían salir mal.

- Y por que no lo intentas de nuevo? te veo de mejor semblante ahora que en ese entonces.

- Podría ser, pero sé que aún no tengo el valor.

- Tu quieres decir coraje verdad?

- No amigo, valor... una cicatriz virtuosa, un brillo interno, una historia en sepia
y un par de balas en el interior. algo que la llame...
algo que me haga dueño y señor de su corazón.








(Catalina solía decir que la vida era un oceano calmo, pero jamás habló sobre los mares y sus mortales corrientes)

3 Comments:

Blogger Nahiomy said...

Eso de que el estómago no deja pensar...
me tiene chata mi estómago.

11:45 p.m.  
Blogger Каролина said...

El nombre Catalina debe tener algo..De un tiempo a esta parte he llegado a tener una estupida teoria de que... bla,bla,bla.

:) Chao.

10:01 p.m.  
Blogger Nahiomy said...

Jaja...si... creo lo mismo..
las catalinas suelen ser lindas y tiernas.

2:37 a.m.  

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